Oberammergau y los Castillos del Rey Loco Luis II de Baviera
A las 7 de la mañana del segundo día en Tutzing estábamos en planta. Nuestros amigos decidieron descansar del ajetreo del viaje y quedarse en casa. Habíamos decidido ir hasta el pueblo de Oberammergau. Pero, ¿y si íbamos también a ver los castillos y palacios del Rey Loco Luis II de Baviera?
El Castillo principal, y para muchos el más bonito, es Neuschwanstein, en el municipio de Füssen. Para ir hasta allí desde Tutzing deberíamos regresar a Múnich y después hacer el trayecto de unos 150 km hasta Füssen, lo que supondría unas 2 horas de ida y otras 2 de vuelta.
Pasamos a contar cómo fue nuestra última jornada del viaje de 10 a Alemania.

Podríamos haberlo intentado, pero preferimos disfrutar de Oberammergau con tranquilidad, y acercarnos a ver el único Palacio que el Rey Loco «Luis II de Baviera» lograra terminar antes de que lo “quitaran del medio”, el Palacio de Linderhof.
Cómo llegar a Oberammergau
Para ir hasta Oberammergau adquirimos un nuevo billete, el Regio-Ticket Werdenfels. Más barato que el Bayern Ticket, lo compramos a las 7:30 de la mañana en la estación de Tutzing. El precio fue de 23 € dos personas y para todo el día, lo que nos dio mucho juego, como podréis comprobar más adelante.
Si deseáis ver todas sus posibilidades y trayectos incluidos en el Regio-Ticket Werdenfels, visitad en el siguiente enlace: https://www.viajarsiningles.com/ruta-de-los-castillos-en-alemania/, en el que os cuento detalladamente todas sus características.
Al salir de la estación de trenes de Oberammergau te encuentras con la parada de autobús que te llevará hasta el Palacio de Linderhof. El precio del bus está incluido en el ticket regional.
Faltan 45 minutos para la salida del bus, por lo que decidimos acercarnos al pueblo y tomar un buen desayuno para coger fuerzas, ante el intenso día que nos quedaba por delante.
Palacio de Linderhof
Regresamos a la parada de bus puntuales para no perderlo (sale uno cada hora aproximadamente). En 20 minutos estábamos en el inmenso perímetro que tiene como punto central el Palacio de Linderhof, diminuto en comparación a todo lo que lo rodea.
El precio de la entrada es de 7,50 € por persona, en la que está incluida la visita del Palacio con una chica que nos hará de guía. Solo puedes optar hacerlo en italiano, inglés o francés.
Tampoco tienen dípticos en español, por lo que decidimos hacerlo en inglés y así ir refrescando un poco el idioma.
Un largo paseo entre jardines y helados lagos te llevan hasta el Palacio, escondido entre tanta naturaleza. Frente a él se encuentra una gran fuente dorada (no podemos verla al estar en obras) y en lo alto divisamos el templo al Dios Venus, hecho de mármol y rodeado de seis columnas con techo dorado.
Antes de la visita, y al ser lo únicos españoles que haremos la misma, nos ofrecen una guía escrita en español para que podemos entender mejor el recorrido y lo que veremos en cada una de las salas del Palacio de Linderhof.
Dura unos escasos 20 minutos y comprobamos cómo se las gastaba Luis II y las excentricidades que mandó a construir en su mandato.
Lámparas y candelabros de marfil venidos desde La India, mesas de porcelana, su enorme cama situada en un trono con penachos de plumas de avestruz, inmensos cuadros, chimeneas y otros muchos lujos instalados en el único “Castillo – Palacio” que llego a terminar.
Están prohibidas las fotos en su interior, un fastidio para nuestros recuerdos y para vosotros, que tendréis que buscar en otras webs oficiales para verlas.
Gruta de Venus junto al Palacio de Linderhof
Si visitas el Palacio de Linderhof en invierno no podrás acceder a él, como fue nuestro caso. Nos fastidia un poco el tema, ya que era una de las zonas que más me atraía del mismo.
Una vez terminada la visita, dimos un largo paseo por los jardines que lo rodean, llenos de pinos y verdes praderas, aún heladas por el frío de la noche.
Junto a las tiendas de souvenirs, hay un puesto de ricas salchichas y cervezas. Son las dos de la tarde y aún faltan 35 minutos para la próxima salida del bus con destino a Oberammergau, por lo que decidimos tomar un aperitivo-almuerzo disfrutando del excelente día y las bonitas vistas.
Oberammergau
Diferente y pintoresco, es uno de los pueblos más distintos que vimos en Alemania.
¿Hansel y Gretel, Caperuzita Roja, Rapunzel, Los Músicos de Bremen (adaptación de Los Trotamúsicos) …? ¿Te gustan los cuentos de los Hermanos Grimm?
Todos ellos podrás verlos representados en las encantadoras pinturas sobre las fachadas de las viviendas y hoteles del pueblo de Oberammergau.
Otros atractivas fachadas en Oberammergau
Además de las pinturas de los cuentos, se pueden ver otras muchas obras de arte en forma de pinturas por todas las fachadas de las viviendas y hoteles de Oberammergau.
Llama la atención la recreación de un gran cristo crucificado en el centro del municipio.
Pasear, pasear y pasear, es lo que hicimos en el vistoso pueblo de Oberammergau y deleitarnos con las hermosas pinturas en las fachadas de sus casas y hoteles.
¿Fin del día con la visita a Oberammergau?
También hubo tiempo para un reconfortante café con dulces típicos alemanes antes de nuestra vuelta a ¿Tutzing?… noooo.
Aún teníamos que aprovechar nuestro penúltimo día en Alemania, las energías que se nos habían repuesto con el café con dulces y el Regio-Ticket Werdenfels comprado a primera hora de la mañana, por lo que nos fuimos hasta Múnich a disfrutar, por última vez en este viaje, de los Mercadillos Navideños y… ¡¡sus ricas salchichas alemanas!!