
Bohol Filipinas:
La Isla de las Chocolate Hills
Visita la Isla de las Chocolate Hills y los monos Tarsiers. Extra: Isla de Balicasag
- Día 8: Llegada a Tagbilaran – Bohol
- Día 9: Visita a las Chocolate Hills y Tarsiers
- Día 10: Snorkel en la Isla de Balicasag
Hay gente que se complica bastante la vida para llegar a Bohol Filipinas, ya que deciden ir hasta Cebu, desplazarse al puerto y tomar un ferry a Tagbilaran, trayecto que tiene una duración de unas 5 horas. Es mucho más fácil tomar un vuelo directo Manila-Tagbilarán, por unos 20 euros más. Nosotros pagamos 83 € por persona con AirAsia y en una hora y 25 minutos estábamos en nuestro destino.
Cómo ir desde Manila a Bohol vía Cebu:
Si aún con nuestras explicaciones os decantáis por el más barato, os decimos cómo hacerlo:
Precio aproximado: Vuelo Manila-Cebu 40 € + Ferrys (ir con Oceanjet: Horarios): 16 € + Taxis: 5 € = 61 €
Tiempo estimado en hacer la ruta Manila – Cebu – Tagbilarán: 5 horas.
Nada más llegar al aeropuerto de Tagbilarán en la Isla de Bohol, alquilamos un tricicle y nos desplazamos a Alona Beach, en la zona de Panglao. Hay bastantes alojamientos y de muchos precios.
Nosotros elegimos Villa Juana. Preciosos y espaciosos chalets muy cerca de la playa, con balcón, cocina y aire acondicionado. Muy recomendable con un precio de 21 € por habitación y noche.
Fuímos a Bohol únicamente por las Chocolate Hills, pero descubrimos que la isla tiene más que ver:
- Chocolate Hills: las famosas colinas de Chocolate, muy recomendable y expectaculares vistas.
- Alona Beach: zona de lujo con Resorts y restaurantes muy caros. Recomendable pasear y tomar un buen cóctel.
- Tarsier Conservation Area: visita a los monos más pequeños del mundo, los Tarsiers.
- Balicasag Island: el paseo es bonito, pero si vas a hacer más snorkel en tu viaje por Filipinas, te puedes ahorrar los 600 pesos por persona y sin comida que vale la excursión.
Se puede salir tanto en Ferrys como en avión. Nuestro siguiente destino era Siquijor, una isla al sur de Bohol Filipinas.
No hay Ferrys directos, por lo que la única forma de llegar es vía Dumaguete.
Tickets Tagbilaran – Siquijor
Compras directamente el ticket Tagbilaran-Siquijor, facturas las maletas y las recoges en Siguijor, ya que no tienes que cambiar de barco en Dumaguete.
Precios: Tickets: 1820 pesos
Tasas puerto: 40 pesos
Facturación maletas: 100 pesos
Hay dos ferrys diarios, uno a las 10:30 y otro a las 15:30 horas. Es recomendable coger el más temprano, para llegar de día a Siquijor. El trayecto total dura unas tres horas.
Llegada a Panglao
El camino de vuelta a Manila fue mucho peor que el de ida. La carretera, en obras, estaba colapsada de camiones y parecía que no avanzábamos. Por mucho que miraba nuestra situación en Google Maps, más largo y pesado se nos hacía el viaje.
El problema era que enlazábamos con un vuelo a las 07:30 hacia Tagbilaran y teníamos que estar una hora antes en el aeropuerto para facturar. Normalmente, el bus llega a las 03:00 a.m., pero el nuestro se retrasó hasta las 05:00 a.m.
“No hay problemas si llegas a la Estación Ohayami en Manila de madrugada, ya que habrá muchos taxistas esperando”
Salimos rápidos del bus, ya que el tráfico puede ser espantoso a esas horas de la mañana cuando todo el mundo va a su trabajo. No tenemos mucho tiempo para negociar un buen precio y elijo al taxista que más confianza me transmite, entre una marea de solicitudes.
De los 450 pesos iniciales logro rebajarlo a los 300. El conductor es súper simpático. Le explico nuestra prisa y empieza a circular como si fuera él el que iba a perder el vuelo. En 35 minutos estamos en el aeropuerto, desayunamos y facturamos sin problemas, teniendo tiempo aún para cambiar algo de dinero.
Nuestro avión de AirAsia sale puntual y en hora y media estamos en Tagbilaran.
Alojamientos en Bohol Filipinas
300 pesos cuesta el tricicle que nos deja en Hotel Villa Juana en 50 minutos. Nos sorprende ver como muchas filipinas se casan con señores mayores de otras nacionalidades, los cuales pasan el resto de sus días en este país.
Juana está casada con un alemán unos 30 años mayor que ella. Son súper simpáticos y acogedores. El alojamiento es de lo mejor que hemos tenido en Filipinas, un chalet de dos plantas, con 4 habitaciones, aire acondicionado, cocina y balcón con vistas.
Tenemos la suerte de estar solos en todo el chalet, teniendo la sensación de que lo hemos alquilado por completo.

Dónde comer en Bohol
Nada más llegar, Rita y su marido nos invitan a que vayamos con ellos a desayunar y comprar comida y frutas, las cuales podemos guardar en nuestro frigorífico y preparar en la cocina.
Con el hambre que tenemos hacemos un gran almuerzo-comida en el restaurante Naty and Henry, ante la mirada atónita de nuestros nuevos amigos, los cuales nos indican que éste es el mejor lugar para comer a diario.
También nos llevan a comprar frutas, a la panadería de otro alemán que hace un pan riquísimo y nos enseñan cómo viven en Panglao, pequeña parte al sur de la bonita isla.
Alquiler de Moto en Bohol Filipinas
Volvemos a tener los tobillos hinchados después de casi 15 horas de trayecto, por lo que descansamos toda la tarde. Las vistas desde nuestro chalet no se corresponden con la playa, que no es muy grande y bonita. Juana nos dice que cojamos la moto cuando queramos. Me transmite buenas sensaciones esta señora, por lo que solo negocio el precio de 300 pesos por día.
Al anochecer nos montamos en la moto, la primera de muchas veces que la usaremos en los próximos días y nos dirigimos de nuevo al Naty & Henry para cenar. Tienen una barbacoa espectacular y puedes elegir entre varios tipos de pescados, brochetas de verduras o unos calamares riquísimos. Cuando terminamos, damos una vuelta y dejamos la moto en los aparcamientos habilitados para ello.
Alona Beach
Finalmente llegamos al lujo de Alona Beach, comparado con lo que hemos vistos hasta ahora, llena de restaurantes majestuosos, música en directo en plena orilla del mar y otro mundo en comparación con la Filipinas que nos imaginábamos.
Por ejemplo, una cena aquí puede resultar muy cara, ya que hay gran cantidad de japoneses que nos les importar pagarla a cambio de la seguridad y los mimos que reciben de los Resorts de la zona. “Cenar en Alona Beach es muy caro”
Tomamos un rico cóctel de mango y zanahorias de medio litro, el cual nos deja aún más lleno de lo que lo había hecho la cena. Muchos niños con pequeñas guitarras amenizan la velada con sus diminutas guitarras, sintiéndose muy felices cuando le das una pequeña propina.
Un largo y relajante paseo por la orilla disfrutando del lugar, pone fin a nuestro intenso día de buses, aviones, taxis y tricicles para llegar y disfrutar de Bohol Filipinas.
Visita a las Chocolate Hills y Monos Tarsiers
Es una ventaja tener cocina propia en los alojamientos. Desayunamos en nuestra bonita terraza el pan tostado del alemán y un riquísimo atún que compramos en el pueblo el día anterior.
Hoy toca excursión por el interior de la isla, y aunque Diana ya se inquieta por visitar playas, tendremos tiempo de cansarnos de ellas.
Es bastante fácil recorrer los casi 75 kms que hay entre Villa Juana y las Chocolate Hills. Nuestro amigo Google Maps (sin conexión claro – ver el artículo “Cómo usar Google Maps sin conexión en los viajes”) nos guía bastante bien. “Desde Alona Beach a las Cocholate Hills hay unos 75 kms”
El cielo se va cubriendo poco a poco de nubes, y en un momento empieza a diluviar. Decidimos parar en una casa que tiene cochera externa. Los propietarios tienen la puerta abierta y, al vernos llegar, directamente nos invitan a entrar.
Disfrutamos de una buena charla y nos ofrecen unos riquísimos mangos y plátanos. La señora nos presenta a su gran familia compuesta por su marido, 5 hijos, 2 yernos, 3 nietos y su cuñada soltera, los cuales nos vuelven a sorprender por su humildad y cariño que transmiten a los extranjeros.

Tarsiers: los monos más pequeños del mundo
Por el camino tenemos parada obligada en la reserva de Tarsiers, el mono más pequeño del mundo. Tienes que pagar una entrada de 80 pesos por persona y recorres un pequeño circuito en el que pudimos ver 5 Tarsiers.
Son más pequeños de lo que imaginábamos y los guías te tienen que indicar donde están para que puedas divisarlos. Asustadizos y de ojos grandes, pasan el día agarrados a las hojas viendo a turistas con sus cámaras fotográficas.
Nos tomamos un buen coco fresco y volvemos a la moto.
El recorrido es agradable y vistoso, en el que hacemos varias paradas para ver cómo trabajan los agricultores los inmensos campos de arrozales.
Rumbo a las Chocolate Hills
En una hora aproximadamente desde los Tarsiers, llegamos a las Chocolate Hills, visita obligada si vas a Bohol Filipinas. El lugar está lleno de autobuses y turistas deseosos de ver estas colinas de chocolate que tan bonitas y espectaculares se ven en las fotos de revista.
Aún no han desaparecido nuestras agujetas del paseo por Batad, hecho que hace aún más dura la subida que hay hasta el mirador. Una vez arriba comprobamos in-situ que las revistas llevaban razón.
Las vistas son hermosas y disfrutamos largo rato de un paisaje lleno de colinas casi simétricas que se pierden en el horizonte. Intentamos también hacernos algunas fotos, entre la marea de japoneses y selfies de la zona.

Vuelta a Alona Beach: Bosques frondosos
La vuelta por el frondoso bosque que rodea la carretera es muy agradable. Caemos en la tentación de parar y admirar la belleza de los rallos de sol atravesando los enormes árboles.
Tenemos hambre y queremos comer durante el trayecto, pero los sitios eran restaurantes locales que ofrecían muy poca variedad. Decidimos hacer de un tirón el trayecto entero hasta Alona Beach, donde disfrutamos de un rico almuerzo antes de ir a comprar frutas y verduras para la cena en nuestra terraza con vistas.
Al llegar, Juana nos recibe con su habitual sonrisa y nos propone para el día siguiente una excursión en barco a la Isla de Balicasag, a pocos kilómetros de Panglao, por 750 pesos los dos.
Como Diana ya tiene ganas de estrenar las aletas, gafas y tubo de snorkel, decidimos contratarla. Estamos cansados ya de moto, así que dejamos el paseo y cócteles de Alona Beach para la noche siguiente.
Isla de Balicasag
Isla de Balicasag
Primer día de playa. Ya conocía las hermosas aguas del Sudeste Asiático, pero Diana aún no. En el paseo en barco que transcurre desde Panglao hasta la Isla de Balicasag, las vistas me vuelven a maravillar y a Diana les impresiona.
He visto varios mares en el mundo y distintos colores de aguas, pero me quedo con éstas, son mis preferidas.
A las 9 de la mañana parte el modesto barco que en una hora nos deja en la diminuta Isla de Balicasag. Nos alegra la compañía de una pareja de holandeses de una 70 años de edad, los cuales se han recorrido el mundo viajando.
Estrenamos nuestras aletas y gafas de Snorkel
Al llegar hay colapso en el tráfico marítimo por la gran cantidad de barcos que hay rodeando la isla, por lo que tenemos que dar varias vueltas buscando “aparcamiento”.
Cuando estacionamos nos cambian de la barca mayor a una pequeña a remos para llevarnos a un sitio llamado “El Santuario” donde, según ellos, el snorkel es mucho mejor.
Nos cobran 400 pesos y otra vez nos cogen desprevenidos, ya que el lugar se encuentra a escasos 25 metros. Es obligatorio pagar las tasas, pero no los 200 pesos por persona para ir a unos metros a hacer snorkel. Recomendamos no pagarlos y nadar por vuestra cuenta.
La Isla en sí es bonita, típica de la zona. No hay muchos peces y corales, pero los que hay son llamativos y vistosos. Al rato volvemos a la barca grande y nos desplazan a otro lugar.
Tomamos unos skacks en un restaurante y volvemos al snorkel. Aquí es donde avistamos nuestra primera tortuga filipina, en un sitio mucho más relajado de turistas.
A las 14:00 horas ponemos fin a nuestra excursión por la Isla de Balicasag, ya que de nuevo aparecen una feas nubes que avecinan una gran tormenta.
Último paseo por Alona Beach
Descansamos y nos disponemos a dar nuestra última vuelta por el lujo de Alona Beach. A la vuelta terminamos tomándonos unas copas con nuestros acompañantes de viaje a Balicasag, la pareja de holandeses de más de 70 años, los cuales nos cuentan sus historias por el mundo, cómo hacen para seguir de mochileros a su edad y su cómo viven en Holanda.
Aquí es donde agradezco el inglés que he estudiado en los últimos meses y, aunque aún me queda mucho por aprender, un par de rons hace entenderlo y hablarlo mejor.
Final a la visita de Bohol Filipinas, que disfrutamos con nuestros dos nuevos amigos.
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